En Hierros Mora Antón, trabajamos cada día con hierro y acero en sus formas más modernas y eficientes. Pero lo que pocos saben es que la historia del hierro en la humanidad comienza… en el espacio exterior. Sí, literalmente.
Antes del hierro terrestre… el hierro celeste
Mucho antes de que los seres humanos aprendieran a fundir y trabajar el hierro extraído de la tierra, ya usaban este metal. ¿Cómo? Gracias a los meteoritos metálicos que impactaban contra la superficie del planeta.
Estos meteoritos están compuestos, en su mayoría, por una aleación natural de hierro y níquel, extremadamente dura y resistente a la corrosión. Este hierro “extraterrestre” era fácilmente reconocible por su densidad, su brillo metálico y por no oxidarse con la misma facilidad que el hierro terrestre sin tratar.


Herramientas y joyas del cielo
Los antiguos egipcios, sumerios y otros pueblos del Oriente Próximo ya utilizaban hierro meteorítico hace más de 5.000 años. Se han encontrado cuentas de hierro en tumbas egipcias del año 3.200 a.C., forjadas con material proveniente de meteoritos.
De hecho, el propio faraón Tutankamón fue enterrado con una daga ceremonial hecha de hierro meteórico, según demostraron estudios modernos con espectrometría. Esta pieza, forjada sin saber aún cómo fundir el hierro, es una de las pruebas más asombrosas del uso temprano de este “hierro del cielo”.
¿Por qué era tan especial?
En tiempos en los que la Edad del Hierro aún no había comenzado, disponer de un objeto de hierro era algo extraordinario y simbólicamente poderoso. No es extraño que muchas culturas consideraran el hierro como un material sagrado o “regalado por los dioses”.
Además, trabajar este hierro no requería fundirlo, ya que llegaba a la Tierra en forma sólida. Con técnicas rudimentarias de martilleo, los artesanos antiguos podían darle forma a cuchillas, puntas o adornos.

Del cielo al horno: nace la metalurgia
Pasaron siglos antes de que el ser humano lograra reproducir este material de forma masiva, extrayéndolo del mineral y fundiéndolo a altas temperaturas. Ese fue el inicio de la verdadera Edad del Hierro… y de toda la industria que vino después.
Hoy, en Hierros Mora Antón, seguimos esa historia milenaria, trabajando con hierro y acero para ofrecer soluciones modernas a nuestros clientes. Pero nunca está de más recordar que, en su origen, el hierro fue literalmente un regalo de las estrellas